Por: Ricardo Quesada C.
Para hablar de impuestos y tener buenos
resultados en un país, Estonia, es un claro ejemplo de esto. Algunos datos es que
a inicios de este siglo la renta pér cápita era de de
$15370, prácticamente la mitad que la de España. Y un 40% inferior a la de
Portugal y Grecia (25600 y 26800 dólares internacionales, respectivamente)
Pero en la actualidad, la renta pér cápita de
Estonia se ha más que duplicado, llegando hasta los 31200 dólares
internacionales y para enero de este año superaba en un 17% a la de Grecia, un
7,5% a la de Portugal y sólo se ubica un 12% de bajo de la de España.
Las claves de este éxito es su sistema tributario declarado por el Tax Foundation, como el mejor del mundo, y que además ya serían seis años consecutivos en esa posición, son las siguientes:
1. Impuesto sobre Sociedades: El impuesto sobre sociedades es del 20%, sin embargo, cuenta con algunas características que lo hacen muy atractivo para la reinversión y el crecimiento, entre ellas: Solo se paga impuesto sobre las ganancias que se distribuyen a los accionistas por lo que la reinversión de beneficios está exenta. Los dividendos no pagan impuesto porque ya están tributados en el de sociedades. Además, permite compensar pérdidas pasada con beneficios presente, libre amortización de activos, para optimizar a gusto del empresario la base imponible, entre otras.
2. Impuesto sobre la renta: Estonia cuenta con un tipo impositivo único cuando se habla de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) el cual es de un 20%. Todas las personas trabajadoras abonan el mismo tipo impositivo nominal. Esto no quiere decir que todos los trabajadores abonen el mismo tipo de efectivo ya que existen deducciones y bonificaciones fiscales que benefician a las rentas más bajas. Por ejemplo, un salario de 800 euros mensuales es de apenas un 5%, el de 1.500 euros mensuales es de un 11.1% y a partir de 2000 euros mensuales es un tipo de efectivo plano de un 14,41%.
3. Impuesto
sobre Bienes Inmuebles: Solamente se grava el suelo, es decir, se
exime el impuesto a la inversión en estructuras residenciales o no. Considerando
que los inversionistas pueden reducir su actividad en vivienda o edificios
empresariales.
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