sábado, 10 de octubre de 2020

Países gastan solo el 2% de sus presupuestos sanitarios en salud mental




Por: Ricardo Quesada C.

Las cifras relacionadas a trastornos mentales son preocupantes, por ejemplo, cerca de 1.000 personas viven con un trastorno mental, tres millones de personas mueren cada año por el consumo nocivo de alcohol, cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo y a esto se le suma la forma en que la población se ha visto afectada por la actual pandemia Covid19, ya que también afectó los servicios de salud mental por varias razones, entre ellas: la infección o riesgo de infección en centros de atención de larga duración como instituciones psiquiátricas, obstáculos para reunirse con las personas cara a cara, el hecho de que los funcionarios están infectados por el virus  y el cierre de los centros de salud mental para utilizarlos para la atención del virus.

Hace 30 años que la Federación Mundial de Salud Mental, declaró el primer Día Mundial de la Salud Mental, según su directora, Ingrid Daniels, por lo que junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y United for Global Mental Health solicitaron un aumento significativo en la inversión en salud mental y desde setiembre del año en curso llevan a cabo la campaña “Acción a favor de la salud mental: invirtamos en ella”.

“Durante ese tiempo, hemos visto una creciente apertura para hablar de la salud mental en muchos países del mundo. Sin embargo, ahora debemos convertir las palabras en acciones. Necesitamos ver que se hacen esfuerzos concertados para construir sistemas de salud mental que sean apropiados y relevantes para el mundo de hoy y de mañana”, dijo Daniels.

Este llamado se hace ya que los países gastan solamente 2% de sus presupuestos sanitarios en dar atención relacionada a la salud mental, esto a pesar de los aumentos en los últimos años, la asistencia internacional para el desarrollo en materia de salud mental nunca ha superado el 1% de toda la asistencia para el desarrollo en el ámbito de la salud. Esto ocurre a pesar de que por cada US$ 1 invertido en la ampliación del tratamiento de trastornos mentales comunes, como la depresión y la ansiedad, se obtiene un rendimiento de US$ 5 en cuanto a la mejora de la salud y la productividad.

Por otra parte, son pocas las personas que tienen acceso a un servicio de salud mental de calidad, y es sobre todo en los países de ingresos bajos y medios en los que 75% de la población que presenta trastornos mentales, neurológicos o por consumo de sustancias no reciben algún tratamiento para su afección.

Es importante resaltar, las acciones que se pueden tomar y trabajar a favor de la vida, a nivel individual es necesario tomar medidas concretas a favor de nuestra salud mental, apoyar a amigos, compañeros de trabajo o familiares que se ven afectados por algún trastorno y por otra parte, los empleadores adoptar medidas para establecer programas de bienestar para los empleados.


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