Por: Dra. Rosa Fonseca B.
En los últimos años, el ritmo de vida se ha visto acelerado, especialmente por el consumismo, el mantenimiento de un estilo de vida social o el simple hecho de subsistir. Es así, como el ser humano se ve inmerso en una burbuja donde descansa un poco, va a su trabajo o trabajos, adquiere bienes y está pocas horas en su casa.
Ante la
situación que vivimos hoy en día, con un estado de alarma que implica
distanciamiento social, cuarentena o aislamiento, empiezan a asomarse la
ansiedad, la preocupación y el miedo; no sólo al impacto de la pandemia, si no
al hecho de tener que salirse de la burbuja que por años los ha mantenido.
¿Qué provoca estas emociones?
Estas emociones son removidas por pensamientos
alrededor del estado propio de salud o de los que amamos, consecuencias
laborales, incertidumbre a la situación, soledad, entre otros.
¿Qué podemos hacer para minimizar estas emociones?
Enfatizo en minimizar, porque el hecho de que
surjan es propio de la naturaleza humana, son un mecanismo de defensa ante lo
que sucede.
·
Lo primero que debemos hacer es conciencia de la
situación, siguiendo las instrucciones de los expertos y el personal a cargo;
así como aceptar el peligro de riesgo al no acatar el aislamiento apropiado.
·
Hay que establecer un plan diario de actividades,
incluso si tienes la gran oportunidad de trabajar desde la casa. ¿Qué harás con
el tiempo que te queda libre? Y aquí es donde utilizas tu hemisferio derecho
del cerebro y pones a trabajar tu creatividad.
·
Mantente informado de fuentes confiables, pero
evita los pensamientos catastróficos; enfócate en que esta situación, como
todas, es temporal.
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Continúa aplicando los hábitos saludables: adecua
el ejercicio diario a tu lugar de habitación, cuida tu alimentación y la higiene,
así como las horas mínimas de descanso.
·
Sigue en contacto con tus amigos a través de las
redes sociales y video llamadas.
Es un momento para
reinventarse y disfrutar lo que tienes, producto de tanto esfuerzo. Además, es
hora de volver a valorar lo que realmente importa: tu mismo, la familia, tu
mascota, tu trabajo. Haz una pausa; que en todo necesitamos un descanso.
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